LA PETITE MORT



Los segundos se escurrieron como gotas de lluvia en el tejado,
Fundido en el variable tiempo,
Uno en ti, y con tu cuerpo,
Palpé gustoso el dulce rojo de tu boca bella;
Perdido en el aroma frutal de tu cabello nocturno,
Saboreé la sal bendita de tu piel de coral.

Movimiento constante, profunda pasión,
Placer chocolatoso, lento vaivén rosa;
Rápido embate profundísimo, tensión roja impetuosa,
Roce, unión, fundición,
Yo, dueño y señor de nuestra pequeña expiración.

Morimos juntos un poquito,
Íntimos en la armonía musical de las respiraciones mescladas,
Muriendo y naciendo en la rítmica danza de dos cuerpos en uno;
El éxtasis primorosamente agridulce nos desbordó,
Perdimos el control, y el amor se hizo explosión,
Embriaguez azul y frugosa,
Acaramelado frenesí del corazón.

Diego E.

RÍO

Rió el río
al ver como su cauce divertía a los niños,
rió el niño sintiendo la frescura del agua,
rió su madre mientras el río se llevaba toda la suciedad
de las ropas que había llevado para lavar;
rió el río
al saber que ayudaba y daba alegría a las personas.
Rio recordando mi niñez
en el río que rió cada vez que me sumergí;
rió el río,
rió el alma,
río mi corazón nadador.

Diego E.

DESENCUENTRO




Hoy es mañana,
Me despierto dormido,
La alborada esta oscura y comienza una nueva rutina;
El silencioso sonido de la lluvia me invita a seguir soñando despierto,
Pero soy libre solo para cumplir el deber,
Una loca lucidez me invade,
Llega luego una tensa calma.

Me interno en la calle buscando el encuentro,
Solitario entre la multitud,
Extraño conocido;
Viajo hacia mí atravesando el tiempo extenso,
Dejando atrás el futuro para construir el presente.
Y al fin he llegado a la nada;
Tuve que venir hasta tan lejos para encontrarme,
Pero no estoy,
Olvidé hacer una cita previa.

Diego E.