PERDIDO


Buscando ando, buscando y rebuscando,
En la tosca inclemencia que nos viene azotando,
La mirada sincera, la palabra cercana,
Una sonrisa cálida que rompa la tendencia.

El delirio del mal atrae el ocaso de esta vida sin par,
Por preferir el oro, a vivir para andar,
Sacrifican la vida que todo nos da.

Buscando ando, buscando y rebuscando,
En el absurdo silencio, la respuesta inclemente,
Cayendo en la quietud, sabiendo la verdad.

Los tentáculos de la infamia avanzan sin tregua,
Devorando a grandes trozos la vida que se resiste a sucumbir,
El silencio y la muerte se han vuelto una constante.

Buscando ando, buscando y rebuscando,
En la fingida libertad, las huellas del humano,
En el corazón de maquina, los sueños del pequeño,
En la horrible mueca, la esperanza de mejores días.

Diego E.

CIERTO



Llevatelas todas amigo
arrastralas contigo,
empujalas hasta el abismo del olvido;
ya no sirven, las palabras ya no tienen validez,
el temor les robó todo sentido
derrumbando el castillo de cristal.

Amigo viento sopla mas fuerte,
silva entre los arboles y oídos
acallando el murmullo de las dudas,
llevatelas lejos, pierdelas en el bosque
hundelas por siempre en su espesura.

Mi viajero amigo,
las palabras ya no tienen sentido,
el puente que construyeron fue minado por la incostancia.
Es el momento de actuar
para ser consecuente con los sentimientos,
hechos valen mas que palabras,
el amor verdadero no necesita explicacion
solo es cuestion de sentir y actuar como dicte el corazon
lo demas vendra por añadidura.

Solo te pido viejo amigo,
que a estas palabras y a mí
tambien lleves contigo,
que me permitas deslizarme entre tus corrientes
para llegar al sitio de la mujer que amo,
aquel ser hermoso que un maltrecho dia
mis palabras lastimaron,
para demostrarle que con o sin palabras
el amor que siento por ella
es tan cierto como que estoy vivo.

Diego E.

LIBRE



El tiempo gotea en mi oído

Y la noche se ha vuelto día

El sueño no me visita,

Solo me asalta el silencio

Atrapado en el trajinar sin pensamiento.



Salidas no hay en las puertas,

Escapes no hay en la huida,

La voluntad involuntariamente cede

Y la locura reina de nuevo.



Adentro, bien adentro

En las profundidades de la profundísima oscuridad de mi alma,

Brilla un pequeño palpitar que crece,

Rompe la noche

Corta con su luz multicolor mis entrañas.



Se abre una mágica herida benigna

Por donde escapan los átomos y atomitos

Que componían mi alma descompuesta.



Oxigenado el espíritu, la vida recomienza

Impetuosa y sin prisa;

El portal esta abierto, pero no es una salida,

Es menester entrar, para poder estar libre.



Diego E.